La coenzima Q10 es un miembro de la familia de compuestos de ubiquinonas solubles en grasa. Está presente en todas las células de nuestro cuerpo y está altamente concentrado, especialmente en las células del corazón, ya que este órgano juega el papel principal en el proceso de suministro de energía de nuestro cuerpo.

La CoQ10 se requiere constantemente en las células de nuestro cuerpo para la producción de energía en las mitocondrias (centrales eléctricas celulares). Incluso se debe afirmar que la CoQ10 es esencial para transferir energía de los alimentos a las moléculas de ATP y, por lo tanto, su deficiencia en nuestro cuerpo conduce a la fatiga y puede ser extremadamente peligrosa ya que gradualmente conduce a insuficiencia cardíaca y eventualmente a un ataque cardíaco.

Al mismo tiempo, la CoQ10 funciona en las células humanas como un súper antioxidante que neutraliza los efectos muy dañinos de los radicales libres.

Desafortunadamente, a medida que envejecemos, los niveles de CoQ10 en nuestro cuerpo (incluido el corazón) comienzan a agotarse. Además, algunos medicamentos, como las estatinas, pueden provocar una deficiencia de Q10.

Además, muchas personas a menudo no pueden obtener cantidades adecuadas de CoQ10 de los alimentos debido a hábitos nutricionales poco saludables. Pero a veces, incluso si nuestra dieta parece ser correcta, los niveles de este precioso antioxidante pueden ser demasiado bajos y, como resultado, nos sentimos semanas, cansados y agotados. Otros síntomas de deficiencia de CoQ10 involucran especialmente a nuestro músculo cardíaco y pueden notarse en forma de dolor en el pecho, insuficiencia cardíaca o presión arterial alta.

La CoQ10 juega un papel importante en la ralentización del proceso de envejecimiento, ya que reduce el daño celular causado por la falta de oxígeno.

La investigación científica sugiere que, además de ser beneficioso para quienes padecen afecciones cardíacas y presión arterial alta, la CoQ10 de baja energía también puede ser útil para fortalecer nuestro sistema inmunológico o ralentizar la progresión del Parkinson y la enfermedad de las encías (enfermedad periodontal).

Según un experimento de 2002 que duró 3 meses, una dosis de 15 a 30 mg de CoQ10 al día fue suficiente para producir una reducción significativa de los dolores de cabeza y las migrañas.

Además, el mismo antioxidante puede ser útil para mantener el peso corporal adecuado, ya que los estudios han demostrado que podemos comenzar a experimentar graves problemas metabólicos de salud cuando la deficiencia de CoQ10 alcanza el nivel de aproximadamente el 25%.

Sin embargo, la CoQ10 es más famosa por ser uno de los mejores suplementos capaces de reducir significativamente el riesgo de muerte por cardiopatía coronaria. Los estudios demuestran que la suplementación con CoQ10 fortalece el corazón y apoya la función vascular, y previene el daño de las enfermedades cardiovasculares.

La CoQ10 ayuda a evitar que el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) se oxide y provoque la formación de placa arterial. Además, los pacientes con insuficiencia cardíaca demostraron un resultado espectacular de una reducción del 50% en los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en respuesta a la suplementación adecuada de CoQ10.